Roma: El Vaticano: Museos Vaticanos (Capilla Sixtina)

 

Es uno de los más grandes del mundo. Su origen puede remontarse hasta el 1503 teniendo como base la colección privada del recién nombrado papa Julio II. Con el transcurso de los siglos se han ido incrementando las obras de artes gracias a las aportaciones de las grandes familias, pues de estas salían los cardenales que después llegaban al papado.

Las construcciones propiamente dichas las inició el papa Nicolás V (1447), fundador de la Biblioteca Vaticana. Posteriormente, Sixto VI (1471) hizo construir una capilla que recibe su nombre: la Capilla Sixtina, aunque en origen se llamó Capella Magna. Otros papas, como Inocencio VIII o Benedicto XIV fueron implementando o reorganizando nuevas salas.

Ante lo inmenso de sus diferentes salas, destacaremos:

LA CAPILLA SIXTINAsixtina

Mandada construir por Sixto IV (1473-1481) al arquitecto fue Giovanni de Dolci. Lo destacable de esta sala son las pinturas que recubren totalmente el techo y las paredes. Diferentes pintores dejaron plasmado su arte, entre ellos PinturicchioBotticelli, Perugino o Miguel Ángel. De este último son las pinturas del techo y que tardó 4 años en terminar (1508-1512), y que reflejan 9 historas del libro bíblico de Génesis, como la Separación de la luz de la oscuridad o la “Creación de Adán” (esta es la pintura más famosa, situada en la parte central del techo, pintada alrededor de 1511 -foto dcha. y superior-).

También encontramos otra obra maestra de Miguel Ángel (sobre el altar mayor): “El Juicio Final” de enormes dimensiones (13,7 m. x 12,2 m.), que plasma el “Apocalipsis” dado al apóstol San Juan. Fue un encargo de Pablo III (1535) y lo pintó entre 1536-1541, unos 25 años después de terminar de pintar la bóveda. Se intentó destruir la pintura y Miguel Ángel fue acusado de herejía, aunque al papa tolerante, no le preocupó. Este cuadro también tiene su “historia”.

En su momento fue escandaloso y por ello criticado: era vergonzoso que en un sitio sagrado hubiese tantas figuras desnudas, y algunas parejas parecían estar en posturas poco decentes. Por eso, algunos obispos, lo condenaron, y en especial, Biaggio de Cesena, quien consideró que esta obra no era apropiada para la capilla de un papa sino para una stufe. (Los stufe eran unos baños públicos en los que se podían contratar a “señoritas de compañía”, por lo que le estaba llamando “pintor de burdel” a Miguel Ángel.) Pero la venganza de Miguel Ángel no tardó en llegar.

sixtina2En la parte inferior derecha del cuadro se representa la entrada a los infiernos, con Minos (el rey del Infierno) desnudo, nariz grande, pelo blanco, y con orejas de burro y una serpiente enroscada a su cuerpo. Los rasgos faciales son los de Biagio de Cesana. El prelado, al verse de esa guisa y asustado por verse en el infierno, le rogó al Papa, de forma encarecida y con lágrimas, que ordenara a Miguel Ángel que borrara su parodia. El papa, Pablo III, hombre de buen humor, le respondió:

“Querido hijo mío, si el pintor te hubiese puesto en el purgatorio, podría sacarte, pues hasta allí llega mi poder; pero estás en el infierno y me es imposible. Nulla est redemptio.”

Y allí está todavía el desventurado Biagio de Cesana, con sus orejas de burro (una forma de catalogarlo como ignorante) y el serpentón enroscado, maldiciendo, sin duda, la hora en que se le ocurrió vestir a la corte celestial.

Fue el papa Pío V quien encargó a un discípulo de Miguel Ángel, Daniele da Volterra, que colocara unos “lienzos de decencia” a los personajes para tapar su desnudez, por lo que este hombre recibió el apodo de Pintacalzones (“Braghettone”), aunque no pudo terminar el trabajo, muriendo 2 años después de iniciarlo.

(J.A. Talz)

 Esperamos que haya sido de su agrado el artículo:

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