Esta catedral de León, del siglo XIII, también recibe el nombre de Pulchra leonina, cuyo significado es “Bella leonesa”. Es de estilo gótico, inspirándose sus diferentes elementos en las catedrales francesas de Reims, Chartes, Notre Dame, Saint-Denis, Amiens y Saint-Chapelle.

Al principio, en el lugar donde se asienta la catedral, había unas termas –más grandes que el actual edificio-, construidas por la Legio VII Gemina.

Durante la Reconquista, las termas fueron reconvertidas en palacio real. Cuando el rey Ordoño II, en 916, venció a los árabes en la batalla de San Esteban de Gormaz, en señal de agradecimiento a Dios, cedió el palacio para hacer la catedral, en la cual, tras el altar mayor, fue sepultado.

Hacia el 1067, debido a revueltas políticas y bélicas, la catedral se hallaba en un estado de suma pobreza.

Se empieza a construir una 2ª catedral con la ayuda de la infanta Doña Urraca de Zamora. Era de estilo románico, y tenía unos 60 metros de longitud y 40 metros de anchura máxima. Se consagró el 10 de noviembre de 1073, bajo el reinado de Alfonso VI, y se mantuvo en pie hasta fines del siglo XII.

Una 3ª catedral empieza a construirse hacia 1205, aunque las obras se paralizaron, volviéndose a retomar el proyecto en 1255, con el apoyo del rey Alfonso X de Castilla. La catedral, de estilo gótico será construida –según fuentes medievales- por el arquitecto Maestro Enrique, de origen francés, que también había trabajado en la catedral de Burgos. Tras fallecer 2 años después, fue sustituido por el español Juan Pérez. El templo se abre en su totalidad en 1302, aunque el claustro y la torre norte se terminarían en el siglo XIV, y la torre sur en la segunda mitad del siglo XV.

La catedral tiene una leyenda: la del topo. Sobre la puerta de San Juan, por su parte interior, cuelga un pellejo, que la tradición ha identificado como un “topo maligno”. Según la leyenda, un topo destrozaba durante la noche lo que se adelantaba por el día. Así, como no avanzaban las obras, algunos esperaron toda la noche y la emprendieron a garrotazos con el animalito. En esta historia subyacen los grandes problemas de cimentación que tuvo la construcción, por ser un terreno muy inestable.

En 1631, se derrumbó parte de la bóveda central del crucero.

En 1755, se hicieron sentir los efectos del terremoto de Lisboa, abriendo grandes grietas en la fachada sur.

En 1844, fue declarada Monumento Nacional, siendo el primero del patrimonio español.

Fue el primer monumento declarado en España mediante Real Orden de 28 de agosto de 1844.

Siguieron haciéndose reformas a través de los años, y en 1901 se concluyó su restauración por lo que se fueron sucediendo diferentes maestros de obras, como Juan de Madrazo, amigo del gran restaurador francés Viollet-le-Duc, quien realizó trabajos en la catedral de Notre Dame de París, la basílica de Saint-Denis, Mont Saint-Michel. También fueros maestros Demetrio de los Ríos y Juan Bautista Lázaro.

Algo importante a destacar es su conjunto de vidrieras que, junto al de la catedral de Chartres, posiblemente serán los mejores del mundo. En sus vidrieras se representan:

  1. Motivos vegetales típicos de León: hojas de roble, de vid, etc.
  2. Temas heráldicos (ventanas del triforio).
  3. Se representan Santos, Reyes y Profetas.

La técnica que implica la vidriera es, según se cree, de origen árabe, que luego el arte cristiano asumió desde el siglo XI, teniendo su cénit en el siglo XIII, aunque en el siglo XVI empezó a decaer.

J.A.T.