Roma: El ghetto judío

 

Antes del siglo XVI, la comunidad judía de Roma ocupaba mayoritariamente el Trastevere, viviendo libremente desde hacía siglos. Pero la bula Cum nimis absurdum de Pablo IV del año 1555 hizo que los judíos fueran trasladados y confinados, a lo que en aquellos tiempos se consideraban tierras insalubres y anegadizas, al otro lado del Tíber, creándose una de las juderías más antiguas del mundo: el Ghetto.

El Papa declaró que era absurdo que se pudieran considerar iguales a los católicos por lo que no podían vivir donde éstos. Por ello, se les obligó a vivir, por más de 3 siglos, en una zona de callejuelas  laberínticas y estrechas.

Con el paso de las décadas, el número de judíos llegó a crecer hasta las 5.000 personas, por lo que tuvieron que edificar casas de 5-6 pisos, apiñadas unas con otras, en un barrio amurallado que tenía unas puertas que por la noche se cerraban, tenían que salir por la mañana y entrar por la noche so pena de ser azotados públicamente. Este crecimiento hizo que las condiciones higiénicas, ya de por sí precarias, fueran horribles.

También les fueron recortadas sus libertades personales: se les obligó a llevar algo amarillo para se les pudiera reconocer, se les prohibió el matrimonio con cristianos, y solo podían dedicarse a la venta de pescado o recoger ropa usada, entre otras cosas.

Esto marcaría un “anticipo” de lo que vendría siglos después cuando, durante la II Guerra Mundial, la inmensa mayoría de los judíos de Roma fueron deportados al infausto campo de exterminio de Auschwitz, del que apenas nadie regresó –casi 20 de los poco más de 2.000 judíos deportados.

La palabra ghetto tiene origen veneciano, y desde principios del siglo XVI se usó para referirse a un sector de la ciudad donde vivían los judíos, y en el que había un fundición de hierro conocida como “getto” o “ghèto”.

A finales del siglo XIX, Giuseppe Garibaldi –con sus ideales masones y liberales- luchó contra el papa Pío IX, consiguiendo que fuera exiliado. Luego se tomó la decisión de reformar el ruinoso aspecto del barrio, demoliendo muchos de aquellos edificios.

Lógicamente, la atracción más importante de este barrio es la espectacular Gran Sinagoga –la más grande de Italia-, construida entre 1901-1904, y que guarda en su interior muchos recuerdos de los 22 siglos de historia judía en Roma. Su cúpula de aluminio es única en Roma, lo que permite su fácil identificación, incluso desde la distancia.

(J. A. Talz)

Esperamos que haya sido de su agrado el artículo: Roma: El ghetto judío