En Peñíscola se halla el Castillo Templario-Pontificio, también conocido como el Castillo del Papa Luna, que está situado en lo alto del peñón, a 64 m. sobre el nivel del mar. Tiene un perímetro de 230 metros y una altura media de 20 metros. Los Caballeros Templarios construyeron esta obra románica –a semejanza de los que anteriormente habían construido en Tierra Santa- sobre los restos de la antigua alcazaba árabe entre 1294-1307. Tras la disolución de la Orden del Temple en 1319, el castillo pasó a manos de la Orden de Montesa, quienes ampliaron la fortaleza.

Aunque en 1814, durante la Guerra de la Independencia se perdió una cuarta parte, el hecho es que se conserva en perfecto estado. En 1931, el castillo esta declarado Monumento Histórico Artístico Nacional.

En 1394, Clemente VII muere en Avignon y es elegido nuevo Papa, Pedro Martínez de Luna, conocido como el Papa Luna, y que tomaría el nombre de Benedicto XIII de Avignon.

Después de varias elecciones y muertes de los sucesivos papas romanos, Martino V excomulga a Benedicto XIII y este se refugia en Peñíscola, desde 1411-1423, convirtiendo el castillo en Sede Pontificia con su palacio y biblioteca, que llegó a ser una de las mejores del mundo. Murió abandonado por todos y excomulgado.

La leyenda cuenta que el Papa Luna vaga por el castillo, asomándose a las ventanas y repitiendo la frase que le caracterizó en vida: “El verdadero Papa soy yo”.

También fue utilizado como Basílica Pontificia por su sucesor, Clemente VIII.

En el siglo XVI, durante la Rebelión de las Germanías –conflicto que se produjo en los reinos de Mallorca y Valencia- Peñíscola fue sede de la coalición de fuerzas capitaneadas por el Virrey de Valencia, Diego Hurtado de Mendoza y Lemos, que se opusieron a los agermanados. Por este hecho, el Virrey concedió a la población el título de “Fidelísima” en 1522, y otorgó el perdón a los agermanados locales en nombre del rey Carlos I (1525). Felipe II ordenó la construcción de nuevas defensas artilleras, realizadas por el arquitecto italiano Juan Bautista Antonelli, con el objetivo de protegerla de los ataques de los piratas berberiscos. Estas no alteraron sustancialmente la conformación del castillo.

En 1923, universitarios de Zaragoza colocaron, en el acceso a la plaza de armas, una lápida de mármol negro, con motivo del 5º Centenario de la muerte de Pedro de Luna. La leyenda de la placa reza:

“Aragón os pide que roguéis a Dios por Benedicto XIII, Pedro de Luna, el gran aragonés de vida limpia, austera, generosa, sacrificada por una idea de deber. El juicio final descubrirá misterios de la Historia. En él nos salve Jesucristo y Santa María, su madre.”

El recinto amurallado tiene de 3 puertas: Sant Pere (San Pedro) o del Papa Luna, Portal Fosc o de Felipe II y la puerta de Santa María (del siglo XVIII).

En 1961, este recinto fue localización de exteriores para el rodaje de la parte final de la película El Cid, protagonizada por Charlton Heston y Sofía Loren.

J.A.T.