París: La ciudad del glamour

La “Ville lumière” (“Ciudad de la Luz”), la ciudad del glamour, la ciudad del amour

Con tan solo mencionar su nombre viene a nuestra mente el sonido nostálgico de un acordeón o los recuerdos de grandes obras clásicas llenas de aventuras y romanticismo como las de Alexandre Dumas (Los tres mosqueteros), las de Víctor Hugo (Los miserables o El jorobado de Notre Dame), la de Gaston Leroux (El fantasma de la Ópera) o la de Charles Dickens (Historia de dos ciudades).

El cine también ha contribuido a expandir su bonita estampa y grabar en nuestra mente imborrables imágenes, desarrollando en esta ciudad la trama parcial o completa de famosas películas, clásicas como Un americano en París o Anastasia, los tiernos y emotivos films de Disney, Los Aristogatos y Ratatouille, pasando a otras más modernas como Superman II, Panorama para matar, una de las entregas de James Bond,  La identidad de Bourne, The Monuments Men, Sherlock Holmes: Juego de sombras, o la controvertida El Código Da Vinci.

Por supuesto, no podía faltar la extendida frase de “la cigüeña que trae los bebés”. Esta leyenda se ha hecho famosa gracias a una pareja de cigüeñas que anidaba en el techo de una casa. Estas, en vez de emigrar hacia África, lo hacían a una región cercana a París. Justo el día en que las cigüeñas regresaron, la joven pareja que vivía en esa casa tuvo un bebé, corriendo la noticia de que el bebé lo habían traído, colgando del pico, las cigüeñas desde París.

A continuación, comentaremos algunos acontecimientos importantes de su historia así como 3 recorridos que nos permitirá poder recorrer parte de sus calles más y contemplar algunos monumentos famosos y lugares imprescindibles al visitar la ciudad.

HISTORIA
La idea más extendida es que la ciudad fue fundada por la tribu celta de los Parisios (en latín, parisii), que se establecieron en una isla a orillas del Sena –la Île de la Cité, de ventajosa situación estratégica- a mediados del siglo III a. JC hasta el año 62 a. JC, cuando fueron conquistados por los romanos, quienes le cambiaron el nombre a Lutetia Parisiorum. Después participaron en el movimiento de resistencia de Vercingétorix (año 52 a. JC) contra Julio César, aportando unos 8.000 hombres a esta causa. Ya en el siglo IV, se estableció, durante un invierno, el cuartel general del emperador Juliano II en el siglo IV.
Lutetia aparece en varias aventuras de Astérix, el héroe galo creado por Goscinny y Uderzo: “La hoz de oro”, “Los laureles de César” y “La vuelta a la Galia”.

La ciudad cambió su nombre por el de París hacia el año 360. Durante esta época resistió la invasión de Atila (año 451). Cuentan que fue gracias a la intervención de Santa Genoveva, una joven de 28 años que arenga a los habitantes de París a resistir la invasión de los hunos y no abandonar la ciudad con sus famosas palabras: “Que los hombres huyan si no pueden luchar más. Nosotras, las mujeres, rogaremos tanto a Dios que Él responderá nuestras plegarias”. Atila cambia de rumbo de su conquista y se dirige a Orleans, atribuyendo la salvación a la joven. Es la patrona de París y de su Gendarmería.

En el año 508, Clodoveo, rey de los francos, vence a los romanos y hace de París su capital.

En el siglo IX se protegió la margen derecha con un amurallamiento, mientras que los normandos destruían la margen izquierda. Posteriormente se irán construyendo nuevas durante los siglos XII-XIV)

Entre 987 -1328 se instaura la Dinastía de los Capetos.

París fue ganando importancia a lo largo del siglo XI, gracias al comercio de la plata y también a que formaba parte de la ruta de peregrinos y comerciantes.

A principios del siglo XII, los estudiantes y profesores se enfrentaron a la autoridad episcopal y consiguieron de Inocencio III la creación de una corporación «universitas». En 1255, Luis IX concedió a su capellán, Robert de Sorbón, la fundación de una sociedad de eclesiásticos seglares que se dedicarían al estudio y enseñanza de teología gratuita a alumnos pobres, denominada “Congregación de los muy pobres maestros (domus magistrorum pauperrima) de La Sorbona”, conocido como “Collège de Sorbonne” o La Sorbona. En 1259, el papa Alejandro IV la declaró útil para la religión. Así, París se convirtió también en un centro de estudiantes.

Durante el Siglo XIV París vivió al menos 3 revueltas: la Rebelión de los Comerciantes de 1358, a cuyo frente estuvo Etienne Marcel; la Revuelta de los Maillotins de 1382, ciudadanos contra la subida de impuestos, y la de 1413, la Revuelta de Caboche, comerciante que encabezó una turba que llego a tomar la Bastilla.

Entre 1420-1436 estuvo bajo dominación inglesa.

(J.A. Talz)

Esperamos que haya sido de su agrado el artículo: París: La ciudad del glamour