Girona y los judíos, El Call des jueus, Hasta siglo XIII

Girona y los judíos. A los judíos se les consideró protegidos de la monarquía –para ello pagaban impuestos y tributos- y ya que las juderías generaban dinero había que controlar a sus habitantes, unido a la tendencia natural de agruparse que tienen las comunidades afines (por etnia o por intereses afines). No obstante, con el acuerdo de las Cortes de Toledo (1480), se les obligó, en el plazo de 2 años, a asentarse en barrios aislados rodeados de murallas sin poder disponer de casas en otros sitios, salvo sus tiendas. Esto tenía una vertiente negativa con muchos inconvenientes aunque, a su vez, esta agrupación podía servir, en cierta medida, como protección. Mientras que en el reino cristiano a esos barrios donde se asentaban los judíos se les conocía como Judería, en Cataluña recibirían el nombre de Call o Callis Iudaicus.

888-890. Por la documentación preservada se sabe que entre estos años unas 25 familias judías se instalaron en las proximidades de la catedral de Girona, alrededor del antiguo Cardo Maximus. Llegaron de la mano del Conde Dela, quien los trajo consigo tras haber adquirido para su casa el Predio de Juïges (en latín, Judaicas) en el condado de Besalú, donde hasta entonces habrían vivido.

988. En ese lugar es donde habría que localizar la primera de las sinagogas, fechada para este año. Durante los siglos X-XI aparecen ya diversas referencias documentales a judíos que habitaban en el lugar que, años más tarde, sería conocido como el Call. Ese espacio era propiedad del cabildo en el siglo XI y no era, todavía, un lugar exclusivamente judío.

Durante la segunda mitad del siglo XI tuvieron lugar en Girona 2 concilios provinciales que trataron temas relativos a los judíos, lo que indica que el asunto era de importancia, y sugiriendo que el volumen de las adquisiciones judías debía ser grande. En este sentido, Jaume Marqués opina que los judíos gerundenses del siglo XI ocupaban fincas importantes, compradas o bien obtenidas judicialmente como pago de préstamos no retornados.

1068. El primer concilio se preocupó de las tierras que los judíos compraban a los cristianos y determinó que los diezmos correspondientes se pagaran en la iglesia parroquial a la que pertenecían.

1078. En este concilio se volvió a plantear la cuestión y, nuevamente, se determinó que todos los impuestos sobre las tierras en propiedad de judíos se pagarían a la parroquia que tenía derecho al diezmo, tal como ocurría en las tierras cultivadas por cristianos.

Diversos documentos del siglo XI mencionan propiedades y bienes de judíos ubicados en diversos lugares de la ciudad, incluso extramuros: viñas, huertas, tierras, etc.

1207. Al menos desde esta fecha, la comunidad disponía de una extensión de tierra virgen al norte de la ciudad, el Montjuïc (Monte de los Judíos), donde podían enterrar a sus difuntos.

Los judíos eran propiedad jurídica del rey, quien les imponía prestaciones económicas más elevadas que a los cristianos. En contrapartida, el monarca les protegía y dictaba privilegios para la organización de la aljama y, en algunos casos particulares, les concedía su confianza y privilegio.

1265. Astruc Ravaya fue designado Baile (Representante del rey en la administración y las finanzas) de Girona por Jaime I y su hijo, Mossé Ravaya, ostentó el título de Baile General de Cataluña. Estas familias disfrutaban de una excelente posición heredada de padres a hijos; eran hombres de cultura, poseían tierras y propiedades y se relacionaban con las grandes familias cristianas.

mhj01Final del siglo XI-inicio del XII. En este período se produce la ocupación del call como lugar de habitación judío.

1160. De fecha 20 de julio de este año es el documento más antiguo que menciona el asentamiento de judíos en la zona del call cuando Bernardo, arzobispo de Tarragona y sacristán de la Catedral de Girona, concedió a un judío llamado Mordechai y su hijo Moshé Batlle las casas, propiedad de la Catedral, situadas in calle judaico que ya poseyeron su padre y antecesores. La zona del call no era todavía un área judía homogénea, pero se detectaba ya un aumento de sus propiedades en la zona.

1197. Elisenda de Vilademany y su hijo Dalmau Ramón dieron a Berenguer Cifret unos censos libres de cargas que cobraban de la casa habitada por Berenguer Sabater y que se encontraba en una plazoleta donde Berenguer Cifret hizo algunas ventas a judíos que iban ocupando la parte norte del futuro call.

1279. Estaba ya plenamente constituido el call, que disponía de un hospital de pobres y enfermos. El call era el espacio judío donde discurría la vida cotidiana de la comunidad de Girona.

1284. Un documento lo nombra como el Barrio de Israel y menciona la existencia, en aquel lugar, de diversos inmuebles propiedad de judíos, que contaban con un sistema de cloacas, con balcones y con patios.

1276-1278. Empiezan las quejas de Jaime I al Obispo de Girona por la actitud de cierta parte del clero, que desde el campanario de la catedral y las casas de la Iglesia apedreaban el call, hechos que ya se habían producido anteriormente, en especial en el día del Viernes Santo. La comunidad judía también había visto como huertos, viñas y sepulturas del cementerio de Montjuïc habían sido destruidas. El rey instó a las autoridades civiles y eclesiásticas a que estos hechos no volvieran a repetirse; pero, para Cataluña y para Girona en particular se acercaban tiempos difíciles.

1283. La ocupación de Sicilia enfrentó al rey Pedro III con la casa de Anjou, expulsada de la isla, con el rey de Francia y con el Papa.

El día 8 de febrero de este año, el rey había ordenado a los judíos de Girona que pagaran la mitad de las obras que se hacían para mejorar las defensas urbanas según la antigua costumbre, en previsión de un ataque del ejército francés.

1284. El día 25 de enero, el rey decretó que desde el Miércoles Santo hasta pasada la Pascua, los judíos no salieran del call, en previsión de posibles disturbios y para su propia salvaguarda.

Tal y como temía Pedro III, la cruzada papal, apoyada y dirigida por el rey de Francia Felipe III el Atrevido, cruzó los Pirineos después de algunas tentativas. Pedro III, con un ejército más reducido, decidió abandonar Figueras y Perelada y hacerse fuerte en Girona. Al llegar a la ciudad el rey encontró a los almogávares saqueando el call. Actuando con contundencia, restableció la situación y pudo dedicarse a preparar la defensa de la ciudad delegando el mando de la plaza a Ramón Folch de Cardona, señor del castillo de Gironella, que se hizo fuerte en el perímetro amurallado de la Força Vella.

1285. El día 28 de junio comenzó el asedio dirigido en persona por Felipe III de Francia. Al día siguiente, un documento real informaba a sus oficiales que los judíos habían abandonado la ciudad con sus familias y les ordenó no exigirles peaje y asegurar su protección.

(J.A.T.)

Agradecimiento por la información y fotos a:

CAMINOS DE SEFARAD – Red de Juderías de España

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