La muerte prematura de Mozart el 5 de diciembre de 1791 –no llegaba a 36 años de edad- suscitó gran interés y dio pie a numerosas conjeturas sobré qué causó su muerte:

  • Mala praxis del doctor que le atendió, Nikolaus Closset.
  • Envenenamiento casual con antimonio. La hipocondría de Mozart le llevó a tomar medicinas que contuvieran antimonio, por lo que un exceso del mismo pudo matarlo.
  • Fiebre militar aguda.
  • Fiebre reumática aguda
  • Envenenamiento voluntario, apuntando al compositor y rival de Mozart, Antonio Salieri, idea que también se deja entrever en la famosa película Amadeus. Pese a negar esas acusaciones, Salieri se vio muy afectado por ellas, provocando que padeciera crisis nerviosas el resto de su vida. También se habló de envenenamiento por parte de alguno de sus compañeros masones al desvelar algunos de los secretos masones en la ópera La flauta mágica.
  • Una de las más recientes y aceptadas hipótesis hablan de murió de una infección estreptocócica contraída al parecer mientras asistía a una reunión de su logia masónica en Viena el 18 de noviembre de 1791, durante una epidemia, que causó una exacerbación del Síndrome de Schönlein-Henoch (que ya había padecido en otras ocasiones) y de la insuficiencia renal (cuyos síntomas son fiebre, poliartritis, hinchazón especialmente en las extremidades, malestar y vómitos), provocándose retenciones de líquido que hicieron que el cuerpo se hinchase. Este síndrome le provocó hipertensión, generando una hemorragia intracerebral. Este derrame dio lugar a una parálisis de un lado del cuerpo (hemiplejía). Posteriormente apareció una bronconeumonía –que se manifiesta cuando el enfermo está moribundo-, que fue la causa directa de su muerte.
  • Un último estudio habla de una insuficiencia renal provocada por una glomerulonefritis estreptocócica.

Al morir fue amortajado con un manto negro con capucha, según el ritual masónico. Rápidamente fue llevado a enterrar debido al avanzado estado de putrefacción del cadáver. Debido a la precaria situación económica de Mozart, el barón Gottfried van Swieten –amigo y patrón del compositor- se hizo cargo del funeral y le dio un entierro de 3ª categoría. Fue sepultado en una tumba conmemorativa simple y no en una fosa común. Esa era una noche apacible y no de tormenta como se ha pensado erróneamente. Al entierro asistieron Gottfried van Swieten, Antonio Salieri, Franz Xaver Süssmayr (discípulo de Mozart) y otros dos músicos.

Parece ser que, 5 días después, tuvo lugar una ceremonia en su memoria en la Iglesia de San Miguel, donde se interpretaron el Introitus y el Kyrie eleison, fragmentos del Réquiem.

La reputación musical de Mozart fue incrementándose, creando una ola de entusiasmo sin precedentes por su obra y obligando a muchos editores a competir para publicar las obras completas del sensacional compositor.

Algunas de sus obras más conocidas son:

Misa de Réquiem en Re menor, K. 626

Pequeña serenata nocturna K. 525 (Serenata nº 13 para cuerdas en Sol mayor)

Sinfonía nº 25 en Sol menor, K. 183

Sinfonía nº 40 en Sol menor K. 550

Sonata para piano nº 11 en La mayor, K.331

Sonata para piano nº 16 en do mayor, K.545

Concierto para piano nº 21 en do mayor K. 467

Concierto para clarinete en La mayor, K.622

Las bodas de Fígaro (ópera)

Don Giovanni (ópera)

La flauta mágica (ópera)

J.A.T.