Errores de cine (1)

Todo lo grandioso que el cine ha dado como entretenimiento ha estado supeditado al espectáculo, es decir, los efectos visuales, el vestuario, los decorados o los guiones deben estar al servicio del público. Por ello, el cine de Hollywood no ha tenido miramientos a la hora de manipular personajes, fechas y hechos históricos para llevar una historia a la gran pantalla sin tener el detalle de explicar al público las inexactitudes de los guiones. La razón para magnificar la historia es asegurarse de captar el interés del público proporcionándole la emoción que demanda. Para esto, ya desde los inicios del cine, generalmente, el argumento suele centrarse en la vida sentimental o “hazañas” y aventuras del personaje dejando como “telón de fondo” el aspecto científico o los hechos históricos reales del personaje. Así, el cine ha conseguido enfrentar a Cristóbal Colón con Torquemada, a Eliot Ness con Al Capone o cargar la responsabilidad de la muerte de Mozart al compositor Antonio Salieri.

No obstante, estas licencias no están reñidas con la calidad del producto, pues el objetivo del cine es tan solo entretener y no necesariamente aprender historia: para eso están los documentales. Veamos algunos de esos deslices y gazapos.

El Cid (1961):

El CidUno de los films épicos más valorado. Esta gran superproducción es una de las películas favoritas de Martin Scorsese, el cual la considera “una de las más grandes películas épicas jamás creadas”.

Mucha parte de la leyenda de El Cid es ficción. El Cantar de Mío Cid (hacia el año 1200) relata muchas aventuras y hazañas heroicas de los últimos años de la vida del caballero castellano Rodrigo Díaz de Vivar con su caballo Babieca y sus espadas Tizona y Colada, aprovechando una buena cantidad de partes históricas transformadas por necesidad literaria y otras inventadas y que tan solo forman parte de la leyenda popular medieval.

Se usan frases para definir a este héroe como “el que en buena hora nació” y “el que en buena hora ciñó espada”.

Una de las partes destacables, por su emoción, es la famosa Jura de Santa Gadea. Esta es una leyenda medieval divulgada por el Romance de la Jura de Santa Gadea, donde se narra el juramento que Rodrigo obliga a prestar al rey Alfonso VI de Castilla y León en la iglesia de Santa Gadea (Burgos) para demostrar éste que no había participado en la muerte de su hermano, el rey Sancho II de Castilla, asesinado ante los muros de la ciudad de Zamora mientras intentaba conquistar la ciudad que estaba en manos de su hermana Urraca. En realidad, esto jamás ocurrió. Esta leyenda se creó hacia el siglo XIII. Sin embargo, este pasaje está muy bien plasmado en el film:

REY ALFONSO: Rodrigo Díaz de Vivar, llamado el Cid, ¿por qué vos os negáis a mostrarme fidelidad?

EL CID: Señor, todos los aquí presentes, aunque no se atrevan a decirlo, abrigan la sospecha de que habéis tramado la muerte de vuestro propio hermano. A menos que probéis vuestra inocencia, nunca podréis contar con súbditos leales, y la duda destrozará vuestro reino, y en tanto sea así no puedo juraros fidelidad, ni aceptaros como soberano.

REY ALFONSO: ¿Cómo queréis que os demuestre mi inocencia?

EL CID: Jurando sobre las Sagradas Escrituras.

REY ALFONSO: ¿Os atrevéis a decirme que jure?

EL CID: Señor, os lo estoy diciendo.

REY ALFONSO: Está bien.

EL CID: ¿Juráis no haber ordenado la muerte del rey Don Sancho ni haber participado directamente en ella?

REY ALFONSO: Lo juro ante Dios.

EL CID: ¿Juráis igualmente que jamás habéis aconsejado que se le quitara la vida al rey Don Sancho?

REY ALFONSO: Lo juro también.

EL CID: ¿Y también juráis que no fuisteis el que proyectó la muerte del rey Don Sancho, ni teníais intención de hacerlo?

REY ALFONSO: Lo juro.

EL CID: Si hubierais jurado en falso, permita Dios que muráis del mismo modo que vuestro hermano, apuñalado por la espalda por mano de un traidor. Decid amén.

REY ALFONSO: Lleváis las cosas demasiado lejos, Rodrigo.

EL CID: Decid amén.

REY ALFONSO: Amén.

En la película, cuando el Cid muere solo tiene 2 hijas de corta edad; sin embargo, en la realidad, también tenía un hijo y las hijas eran mujeres ya casadas.

 

El hombre de la máscara de hierro (1998):

Sí existió un hombre con una máscara encarcelado en la Bastilla hasta que murió en 1703, aunque no era de hierro (invención de Alexandre Dumas) sino de terciopelo.

Aparecen los mosqueteros Athos, Porthos y Aramis junto a D’Artagnan aunque estos son personajes de ficción.

La acción tiene lugar en el año 1662, aunque el prisionero de la Bastilla fue arrestado en 1669.

 

Cristóbal Colón, el descubrimiento (1992):

Tomás de Torquemada coincide con Cristóbal Colón: esto nunca ocurrió. La negociación la llevó a cabo con una comisión que presidía Fray Hernando de Talavera –confesor y consejero de la reina Isabel la Católica-, quien fue un apoyo para él. También contó con la ayuda de su hermano, Bartolomé, que no aparece en el film.

Las carabelas regresan de América al puerto de Palos cuando, el primer puerto al que llegaron fue el de Lisboa.

 

Los intocables de Eliot Ness (1987):

The UntouchablesAunque Eliot Ness y su equipo se dedicaron a perseguir las violaciones contra la Ley Seca de Alfonso Capone, causando estragos en su imperio criminal, no estuvo implicado en enfrentamientos personales con él, como aparece en la película.

Más bien, otros agentes del Departamento del Tesoro, liderados por Frank J. Wilson, consiguieron reunir pruebas de delito fiscal (evasión de impuestos), delito por el cual Al Capone fue condenado a 11 años de prisión y enviado a Alcatraz.

Sí es cierto que su grupo era conocido como “Los Intocables” -término acuñado por el Chicago Herald-Examiner-, aunque eran 10 miembros y no 4 como aparece en la película.

Frank Nitti aparece como un asesino despiadado al que Ness arroja desde la azotea. En realidad, Nitti fue el un segundo de Capone al cual sustituyó al frente de la banda. Se suicidó en 1943 cuando iban a incriminarlo.

J.A.T.

Agradecimientos poster:

Rank Organization  (El Cid)  –  Paramount Pictures (Los Intocables de Eliot Ness)