EL ACEITE DE OLIVA EN LA ANTIGUA GRECIA

 

Hacia el siglo XVI a. JC. los fenicios son quienes distribuyen el olivo por las islas griegas desde Creta, y en los siglos XIV-XII a. JC., por el territorio peninsular de Grecia-Macedonia, donde llegó a tener una especial relevancia hacia el siglo IV a. JC. Su cultivo hace que se comercie con Egipto y otros pueblos, estableciéndose las primeras rutas comerciales por el mar Mediterráneo.

El génesis de la ciudad de Atenas, como ciudad protegida de la diosa Atenea, guarda relación con el olivo. Según la mitología, Poseidón y Atenea pugnaban por la supremacía en la protección de la ciudad, por lo que Zeus intervino y estableció dar el dominio de la ciudad al que aportara el regalo más útil para los humanos. Poseidón ofreció un caballo, evidentemente, muy útil para la vida de aquel tiempo. Atenea llevó una rama de olivo y explicó las características especiales de esta planta: resistencia para vivir muchos años, con un fruto que podía servir de alimento y del que podía extraerse un aceite que servía para curar heridas, aliñar y dar sabor a las comidas, y hasta podía servir como combustible para que las lámparas alumbraran. Ni que decir tiene que el pueblo se decantó por el regalo de Atenea.

El poeta Homero incluye el olivo usado por Odiseo (Ulises) en sus obras La Odisea y La Ilíada.

El consumo del aceite de oliva dependía en gran medida de la clase social. Por ejemplo, las clases sociales bajas no consumían aceite de oliva en la cocina y las clases más favorecidas sí. Era muy habitual su uso como combustible para iluminar, como remedio medicinal, como óleo corporal, etc

El legislador Solón (638-558 a. JC.) empieza a dictar leyes por primera vez en favor de la protección de los olivos. De hecho, una de esas leyes prohíbe cualquier tipo de exportación procedente de la Ática con la excepción del aceite de oliva, lo que favorece su comercio.

El aceite procedente de esta región era muy apreciado en la antigüedad. Los primeros juegos olímpicos celebrados en 776 a. JC. ya se ofrecía a los ganadores de las pruebas deportivas una ramita de olivo como reconocimiento de triunfo. En las fiestas panateneas (similares en importancia a los juegos olímpicos) se les premiaba con ánforas de aceite de oliva (en las denominadas ánforas panatenaicas). La cantidad de aceite ofrecida como premio al deportista ganador podía ser grande, llegando a cerca de varias toneladas de aceite.

También tuvo un uso terapéutico. El médico griego Pedanio (o Pedacio) Dioscórides menciona el onfacino (aceite extraído de la aceituna no madura), que resulta ser bueno para el estrés muscular, y opina que es útil en el cuidado de la piel y el pelo. También Hipócrates hace mención del aceite en la curación de ciertas heridas, así como analgésico de ciertas enfermedades dolorosas como puede ser el dolor de garganta, malestares intestinales, cefaleas, dolores musculares, etc. empleado en enemas.

J.A.T.

Agradecimientos:     www.internationaloliveoil.org     –     www.sabor-artesano.com