EL CASTILLO DE BUTRÓN

El castillo de Butrón, de origen medieval, está situado en el municipio de Gatika (Bizkaia), muy próximo a poblaciones muy cercanas entre sí, como Sopela, Urdúliz, Plentzia, Mungia, Maruri-Jatabe y Laukiz.

Los orígenes del edificio se remontan a la Edad Media, cuando existía en el lugar la casa-torre del linaje de los Butrón. Este apellido vasco procede de “buitrón” o “buitre”, aunque se cree que, en realidad, se deriva de “butrón” (un arte de pesca en forma de cono que deja pasar el agua y atrapa a los peces), arte utilizado en el río Butrón que pasa por delante del castillo, siendo llamado también así este lugar por esta forma de pesca. El linaje del solar de Butrón se inicia con Juan Pérez de Butrón, I Señor de la Casa de Butrón.

La Casa de Butrón fue un linaje de la nobleza feudal de la Corona de Castilla, descendientes directos de la Casa de Haro del Señorío de Bizkaia y de los monarcas de los reinos de Asturias, León y Navarra por el matrimonio de Diego López de Haro –el fundador de Bilbao- con María Ordóñez.

Uno de los descendientes, Gómez González de Butrón y Múgica, VII Señor de la Casa de Butrón, contrajo matrimonio con Elvira Sánchez de Leyva, tataranieta por línea materna del rey Alfonso XI el Justiciero, de Castilla y León, emparentándose así el linaje de la Casa de Butrón con los descendientes de la Casa de Borgoña y por esta línea familiar de los monarcas de los reinos de Asturias, Castilla, León, Aragón, Navarra, Portugal, la dinastía de los Capetos de Francia, la dinastía Hohenstaufen de Alemania, la casa de Plantagenet de Inglaterra, el Reino de Escocia, la casa de Normandía y la casa de Uppsala.

A mediados del siglo XIII, era solo una Casa-Torre y, en el siglo XIV, el V Señor de Butrón lo transformó en castillo, siendo escenario de cruentas luchas entre dos bandos de la nobleza de Bizkaia.

En el siglo XVI, queda abandonado y se empieza a deteriorar.

En 1878, el arquitecto Francisco de Cubas realiza una remodelación muy profunda. Tomando como base los cimientos y parte de las torres cilíndricas, se erigió el resto según el gusto germánico, con gran dosis de fantasía, lejos del prototipo de castillo propio de la región.

En cierta medida, tiene paralelismos con los castillos bávaros del siglo XIX. La construcción se concibió más como pasatiempo y atracción visual que para obtener una casa habitable; de hecho, es muy incómodo como vivienda, ya que las torres no tienen demasiado espacio útil y algunas estancias se conectan entre sí mediante pasarelas y escaleras al aire libre.

El edificio, de más de 2.400 m², se rodea de un exuberante parque de más de 35.000 m2, con palmeras y especies exóticas. Su distribución es de planta baja, entrepiso, 5 plantas, cubierta y 4 torreones, el más alto de los cuales es la Torre del Homenaje, construida en el siglo XIX. Los muros del castillo tienen un grosor de más de 4 metros. Tiene varios salones, una zona de recepción de invitados, una antigua capilla, el salón de la chimenea, un gran salón diáfano de 200 m², patio de armas, almacén de víveres, un pozo de agua natural, una biblioteca, 2 baños y una mazmorra.

Todo el conjunto fue adaptado por un tiempo como establecimiento hostelero con espectáculos de ambientación medieval. Posteriormente, resultó embargado y sacado a subasta.

J.A.T.