Vivió entre 1775-1857, y fue el 1º director de la Sûreté Nationale y uno de los primeros investigadores privados. Con su pasado delictivo inspiró a grandes autores:

  • A Victor Hugo para los personajes principales de “Los Miserables”, Jean Valjean y el inspector Javert.
  • A Edgar Allan Poe para su detective Auguste Dupin.
  • A Émile Gaboriau para el detective Monsieur Lecocq, quien usaba métodos científicos.
  • A Honoré de Balzac para su personaje Jacques Collin (Vautrin).

Con 14 años, robó algo de dinero de la panadería de sus padres, huyendo de la ciudad. Intentaba ir a América; pero al perder todo el dinero, se alistó en el Regimiento de Bourbon. No llegó a ser un soldado ejemplar, luchando en 15 duelos.

En la guerra con Austria accedió al cuerpo de granaderos, la infantería de élite en ese momento. En 1792, Vidocq agredió a su oficial superior por no querer participar en un duelo con él. Este acto suponía la pena capital, por lo que Vidocq desertó y regresó a Arrás, su ciudad natal.

Marchó a Bruselas, donde consiguió un pasaporte falso a nombre de Rousseau. Allí, finalmente, se unió a una banda de criminales. De allí marchó a París, gastándose el dinero en fiestas y prostitutas, y se convirtió en bandido, por lo que le arrestaron numerosas veces, pero consiguiendo escapar de todas ellas. También fue contrabandista. Queriendo limpiar su nombre se rindió, fue arrestado y condenado a 8 años de trabajos forzados. Lo metieron en una galera; pero escapó disfrazándose. Durante años estuvo escapando de las autoridades en distintos lugares: era arrestado y se escapaba.

Fue en 1809, con la promesa de una amnistía, que Vidocq ofreció sus servicios a la policía como infiltrado, por lo que empezó a trabajar como informante de las conversaciones que escuchaba de otros presos.

Vidocq sugirió crear una unidad de la policía, la Brigade de reté (Brigada de Seguridad) que después se convirtió en la Sûreté Nationale (Seguridad Nacional). Mandaba a 12 detectives, de los que muchos habían sido criminales como él. En 1817 consiguió 811 arrestos. Su renta anual era de 5.000 francos y también trabajaba gratuitamente como investigador privado.

En 1824, el rey Carlos X de Francia convirtió la policía en un arma política contra disidentes y rebeldes, y Vidocq fue acusado de tener simpatías por los movimientos bonapartistas. El nuevo jefe, Duplessis, forzó su renuncia a raíz de una cuestión trivial. 6 años más tarde, el sustituto de Duplessis, Henri-Joséphe Gisquet, volvió a reincorporarle al cargo.

En 1830, con la abdicación de Carlos X y el ascenso al trono de Louis Phillipe I de Francia, se produjo un repunte de la inseguridad y la delincuencia. Algunos sectores de la policía no aprobaban sus métodos y empezaron a aflorar rivalidades y enfrentamientos.

En 1832 fue forzado a dimitir tras la acusación de haber instigado un crimen, a través de un mediador, para obtener el mérito de resolverlo. Según el libro de Samuel Edwards, The Vidocq Dossier, las normas de la policía prohibían emplear a ex convictos. Vidocq abrió entonces una imprenta, volviendo a emplear a antiguos criminales

En 1833 fundó la primera agencia privada de detectives de la que hay constancia. Contratando a ex convictos, creó la “Oficina de pesquisas” (Le bureau des renseignements), sufriendo la oposición de las fuerzas oficiales, que trataron de cerrarla en numerosas ocasiones.

En 1842, la policía arrestó a Vidocq como sospechoso de detención ilegal, así como de haber robado los fondos de un caso de malversación que había resuelto. Fue condenado a 5 años de prisión y a una multa de 3.000 francos. Él apeló y fue absuelto.

En sus últimos años, Vidocq escribió varias novelas basándose en sus experiencias en el mundo de los criminales, y, según algunos historiadores, le ayudó su amigo, Honoré de Balzac.

En septiembre de 1847, fallece su mujer, Fleuride, se retiró y cerró su agencia, aunque ocasionalmente trabajaría para la policía.

En abril de 1857, Vidocq sufrió una parálisis que le inmovilizó en su hogar del distrito de Marais, en París, falleciendo el 11 de mayo de 1857. Su funeral tuvo lugar el día siguiente en la iglesia de Saint-Denis du Saint-Sacrement.

A Vidocq se le atribuyen avances en las técnicas de investigación criminal: estudios de balística, el registro y creación de expedientes con las pesquisas de los casos, el uso de moldes para recoger huellas en la escena del crimen…

J.A.T.