Situaciones límite

Otra de las situaciones que se sumaron a la vergonzante situación religiosa en Rusia llegó con la detención preventiva de un TJ de Dinamarca y residente en Rusia, Dennis Christensen, el 25 de mayo de 2017, siendo el primer caso en el que un ciudadano extranjero es víctima de las medidas del Tribunal Supremo ruso contra los TJ.

Dennis Christensen

He seguido con interés el desarrollo de este caso y me ha llamado la atención la incongruencia de los hechos.

El 22 abril de 2017 se llevó a cabo la campaña anual de limpieza en la ciudad rusa de Oriol. Alrededor de 70 TJ se ofrecieron voluntarios para estar todo un día recogiendo la basura, tanto de las calles de la ciudad como de la orilla del río Orlik que la atraviesa. Uno de esos TJ era Dennis Christensen. Un mes después es detenido. Curiosamente, una semana después de la detención, el 2 de junio, los funcionarios de la ciudad otorgaron un reconocimiento especial a los TJ de la localidad por su apoyo cívico, dándoles un pequeño obsequio y una nota manuscrita que rezaba: “En agradecimiento por su buena labor a favor de la comunidad y el medioambiente.” ¿Quién entiende esto? ¿Se les puede calificar de extremistas peligrosos a los que colaboran como ciudadanos para el beneficio de la comunidad? Finalmente, hace escasos días, un grupo de 3 jueces del Tribunal Regional de Oriol rechazó la apelación del Sr. Christensen y confirmó la condena inicial de 6 años de cárcel. En el juicio estuvieron presentes funcionarios de los gobiernos de Australia y Dinamarca, por lo que las agencias internacionales de información se están haciendo eco de esta condena.

La situación ha degenerado en una sinrazón que ha llegado a la tortura física, propia de los tiempos de la “Guerra Fría” y del “Muro de la Vergüenza”. Un ejemplo: siete TJ fueron detenidos y torturados por agentes de la policía de la localidad de Surgut, en el oeste de Siberia. Finalmente, liberaron a seis de ellos; pero retuvieron a Serguéi Lóguinov en prisión preventiva y sin darle los cuidados médicos que precisa. Esto provocó que, el 25 de febrero de este año 2019 se presentara una solicitud ante el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Solo un día después, el día 26, el Tribunal Europeo emitió un fallo favorable, ordenando al gobierno ruso que un equipo médico independiente examinara de forma inmediata al Sr. Lóguinov para determinar así la gravedad del daño físico y psicológico que sufrió, y para ver si su estado de salud le permite continuar detenido. Es curioso que este Tribunal Europeo atiende estas solicitudes en circunstancias excepcionales, cuando una persona está en riesgo de sufrir daños inminentes e irreparables. Por otra parte, el Tribunal Europeo ha declarado que estará muy pendiente de cómo respondan las autoridades a los abusos en contra de los TJ.

Podremos no estar de acuerdo con algunos (pocos o muchos) de los conceptos religiosos que tienen los TJ, quizá hasta calificándolos de demasiado estrictos, pero, siendo objetivos, es un hecho incontrovertible que están reconocidos en casi todo el mundo como buenos ciudadanos, honrados y deseosos de ayudar a los suyos y a sus vecinos, hecho que se puede contrastar cuando rápidamente crean comités de socorro y muchas veces son los primeros en atender las necesidades de las víctimas de desastres naturales (sin ir más lejos, las graves inundaciones que sufrió Canadá este mes de mayo). Así, calificar de “extremista” a la confesión religiosa de los Testigos de Jehová, sería equipararlos al terrorismo yihadista, paradigma del extremismo actual que asola y “tiene en jaque” al mundo occidental.

Pero, ¿qué dicen los expertos internacionales, personas de prestigio y renombre sobre esta situación? Como indicaba anteriormente, tratando de ser objetivo en la exposición de este artículo, he recabado información publicada, de expertos internacionales tanto rusos como de otros países —lógicamente ajenos a la confesión TJ— que han dado su opinión sobre esta situación y pueden arrojar algo de luz sobre la misma. Pero eso será el objeto de la 3ª parte de este artículo.

EL OBSERVADOR PREOCUPADO

Agradecimiento foto Dennis Christensen: JW.ORG