Se considera que la actual ciudad israelí de Migdal (Majdal) se corresponde con la antigua ciudad bíblica de Magdala (una forma del hebreo migh-dal), que significan “torre”. Se halla a unos 6 km al NNO de Tiberíades, una población que está a orillas del mar de Galilea—.

Magdala estuvo hundida tras un deslave, o corrimiento de tierras, que cubrió la ciudad. El sitio arqueológico de Magdala fue descubierto en 2009 durante unas excavaciones previas a la construcción de un centro para peregrinos cristianos, conocido como el Magdala Center. Las obras revelaron una ciudad del siglo I, notable por la excelente conservación de sus estructuras.

Entre los hallazgos más importantes están…

La sinagoga de Magdala —que estuvo activa hasta alrededor del año 67—, una de las pocas sinagogas del siglo I descubiertas en Israel, incluyendo una pequeña bodega para guardar los rollos de la Torá, los 5 primeros libros de la Biblia escritos por Moisés y conocidos como Pentateuco. También se encontró la llamada “piedra de Magdala”, sobre la que abrían y leían la Torá, y en torno a la cual discutían. En esa piedra está tallado el candelabro ritual judío más antiguo, una Menorá. Esto la hace especialmente relevante para entender el contexto histórico y religioso de esa época. Este descubrimiento impulsó investigaciones arqueológicas más amplias, que han sacado a la luz otros elementos significativos como calles adoquinadas, una plaza y una calle principal de 6 m de ancho.

2 mikvaot (o baños rituales) con 6 piscinas, únicos en Israel por el complejo sistema hidráulico que los alimentaba con agua procedente de un manantial.

El antiguo puerto y una dársena con amarraderos, piletas para limpieza y una torre donde funcionaba una procesadora de pescado y salazón pues la pesca era su principal actividad económica. El historiador judío Flavio Josefo (años 37-100) ya reconocía que, en Magdala, donde vivían alrededor de 40.000 personas, existía una muy sofisticada procesadora de pescado, confirmándose que la ciudad hallada es la Magdala bíblica.

El descubrimiento de Magdala no solo enriqueció el conocimiento sobre la región del mar de Galilea, sino que también fortaleció su conexión con figuras bíblicas como María Magdalena y Jesús, convirtiendo este sitio en un punto clave tanto para arqueólogos como para peregrinos religiosos.

Por lo general, se opina que este fue el lugar de residencia de la conocida como María Magdalena, una de las mujeres que acompañaban al Jesucristo durante su vida en la Tierra. El personaje de María Magdalena es citada por el evangelista San Lucas (8:2), donde se refiera a ella como “María la llamada Magdalena”).

Ha habido mucha especulación alrededor de este personaje…

  1. … simplemente no existió
  2. … fue una de los apóstoles
  3. … fue esposa de Jesucristo, a quien le dio a luz un hijo
  4. … fue una prostituta

Analicemos esos 4 aspectos:

 1. Simplemente no existió.

María Magdalena

Aparición de Jesús a María Magdalena, de Tiziano (1514)

Sergio Prudencstein, historiador y especialista en Medio Oriente, analiza que, aunque no hay prueba arqueológica directa de que haya existido, la referencia bíblica es sumamente poderosa.

Aparece en los 4 Evangelios como seguidora de Cristo y, especialmente, como testigo de la crucifixión, inhumación y resurrección de Jesús. Da testimonio de esto último a San Pedro y a los demás discípulos; pero ellos no la creen, quizá llevándose por la cultura judía que daba escasa o nula importancia a la mujer.

Según Prudencstein, esto es precisamente una indicación de que existió, argumentando que ‘si no hubiese existido y los Evangelios solo tuvieran una finalidad proselitista, ¿por qué poner el testimonio de una mujer, cuya palabra no era valorada entonces, como testigo de la resurrección de Jesucristo?’

2. Fue una de los apóstoles.

En 1988, el papa Juan Pablo II en la carta Mulieris Dignitatem se refirió a ella como la “apóstol de los apóstoles”.

No hay indicación bíblica de que fuera uno de los apóstoles. Los apóstoles fueron 12 y sus nombres se registran en el Evangelio según San Mateo 10:2, y ahí no se indica el nombre de mujer alguna.

Sí se indica que fue una discípula del Señor junto a otras. El Evangelio de San Lucas 8:2, 3 dice que acompañaban a Jesús “ciertas mujeres […] María la llamada Magdalena, Juana la esposa de Cuza ―el encargado de la casa de Herodes―, Susana y muchas otras mujeres que usaban sus bienes para atenderlos.”

Sergio Prudencstein expone que ‘María Magdalena proveía dinero y alojamiento, lo que da a entender que era una mujer de un notable status social en la ciudad. Parece probable que se moviese sola, teniendo dinero, por ser viuda.’

3. Fue esposa de Jesucristo y le dio a luz un hijo.

María Magdalena, de Giovanni Girolamo Savoldo (1550)

Según la novela de Dan BrownEl Código Da Vinci, , tras la muerte de Cristo, María Magdalena huyó a la comunidad judía de Provenza, donde ella y su hija Sarh encontraron refugio. Su vientre es el “Santo Grial”, y sus huesos descansan bajo la pirámide de cristal a la entrada del Museo Louvre de París. El Priorato de Sión y los Caballeros Templarios se dedicaron a proteger su historia y sus reliquias. El Priorato le da culto “como Diosa… y como Madre Divina”.

La Biblia no indica que Jesucristo se casase alguna vez. Y si es que María Magdalena fue la persona designada por el Señor para que se le siguiese como “Diosa”, ¿por qué no lo difundieron los primeros cristianos? Ni los Evangelios ni la Historia hacen referencia a esto. Lo cierto es que empezó a dársele culto a partir del siglo IV.

National Geographic expone el siguiente comentario de Elizabeth Schrader Polczer, profesora adjunta de Teología en la Universidad de Villanova (EE.UU.). Polczer es una erudita bíblica centrada en estudios textuales sobre María Magdalena y el Evangelio de San Juan:

“María Magdalena nunca es nombrada en relación con un hombre, como muchas otras mujeres. Esto sugiere que María era una mujer independiente”.

4. Fue una prostituta.

En 591, el papa Gregorio I (Gregorio Magno) expuso en su homilía que era una prostituta.

La leyenda especulativa se basa en el Evangelio de San Lucas 7:36, 37. En este relato, una mujer conocida como pecadora (quizá una prostituta) derrama un aceite aromático en los pies de Jesús tras mojárselos con sus lágrimas y secárselos con sus cabellos. Esta mujer se asocia, erróneamente, a María Magdalena.

Sin embargo, lo único que se menciona de ella en este sentido está en el Evangelio de San Lucas 8:2. Allí dice: “María, a quien llamaban la Magdalena ―de quien habían salido 7 demonios―”. Sin duda, la expulsión de esos demonios fue una razón poderosa para que ella creyese en Jesús y lo demostrara siguiéndole a él y a los apóstoles, ayudando con sus bienes.

J.A.T.

Agradecimientos:      Foto Magdala: AVRAM GRAICER – CC BY-SA 3.0

       Foto sinagoga: עמוס גל – CC BY-SA 4.0