GRANDES IMPOSTORES

ANNA ANDERSON (Siglos XIX-XX)      Grandes impostores

El 17 de julio de 1918 la familia real rusa fue asesinada a tiros, bayoneteados y apaleados por los bolcheviques, en el sótano de la Casa Ipatiev, , por lo que la dinastía Romanov (el zar Nicolás II, su mujer Alejandra , su hijo Alekséi, y sus 4 hijas, Olga, Tatiana, María y Anastasia) desaparecía por completo. Aunque la muerte de Anastasia fue verificada por varios testigos, otros testigos afirmaron que había sobrevivido.

27-febrero-1920: Una joven quiso suicidarse saltando al río Spree desde un puente en Berlín, siendo rescatada por un policía, y llevada al hospital. Al no tener papeles ingresó en un hospital psiquiátrico de Dallsdorf como “Señorita desconocida”. Cuando la interrogaron habló en alemán pero con acento ruso.

Anna Anderson (1920)

Allí, una enfermera rusa, que había huido de los bolcheviques, se dio cuenta del gran parecido con una de las hijas de los Romanov, además de tener cicatrices en el abdomen y en la cabeza. Una enfermera afirmó que ella le había dicho que era Anastasia.

El compositor Sergei Rachmaninoff pagó su estancia el Hotel Garden City de Long Island (EE.UU.), donde usó por 1ª vez el nombre de Anna Anderson.

Algunos no estaban de acuerdo con esta historia, entre ellos, el Gran Duque de Hesse, tío de Anastasia. Contrató a un detective que llegó a la conclusión de que, en realidad, era Franziska Schanzkowska, una polaca con problemas mentales que había sobrevivido a una explosión en una fábrica pirotécnica, la razón de las cicatrices que tenía en su cuerpo.

1991: Fueron exhumados los restos de la familia imperial rusa y sus análisis, incluidas pruebas de ADN mostraron que eran los cuerpos de la familia y, que, por tanto, nadie había sobrevivido. Una comparación del tejido de Anna Anderson, tras una intervención quirúrgica, demostraron que no era Anastasia.

Ingrid Bergman interpretó el papel de Anna Anderson, consiguiendo el Óscar a la Mejor Actriz, en la película Anastasia (1956). Grandes impostores

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VÍCTOR LUSTIG (Siglo XX)    Grandes impostores

impostor

Victor Lustig

Nacido en 1890 como Robert V. Miller, fue conocido como “El hombre que vendió la Torre Eiffel 2 veces”. Se hizo pasar por conde, cuyo comportamiento no fue extravagante sino noble y con mucha dignidad.

Una de sus estafas fue la máquina de impresión de dinero. La máquina era una caja en la que, previamente, había introducido 3 billetes reales de 100 dólares, y demostraba que era capaz de “copiar” un billete aunque precisaba de 6 horas para ello. El cliente compraba máquina a un precio caro: unos 30.000 dólares. En efecto, durante las 12 horas siguientes la máquina “copiaba” 2 billetes de 100 dólares. Pero después, lógicamente, salía papel en blanco. Cuando se daban cuenta de que era una estafa, Lustig estaba demasiado lejos.

Después de la I Guerra Mundial, mientras Francia se recuperaba de la Gran Guerra, leyó en el periódico el gasto que suponía mantener la Torre Eiffel. Le falsificaron una documentación gubernamental y reunió a 6 comerciantes de chatarra en uno de los más importantes hoteles de París, el Hôtel de Crillon, en la Plaza de la Concordia. Asistió como Subdirector General del Ministerio de Correos y Telégrafos, y tras adularlos como hombres afamados por su honradez, les expuso la “decisión” de la ciudad de demoler la Torre Eiffel y venderla como chatarra, ante el importante costo de mantenimiento, aunque era un secreto para no exacerbar a los ciudadanos, y que tenía que escoger la contrata que llevaría a cabo dicho desmantelamiento. Hasta los llevó en limusina hasta la Torre.

La Torre se construyó para la Exposición Universal de 1889, y la idea era desmontarla y llevarla a otro sitio; pero no encajaba con los monumentos y catedrales de la ciudad, además de estar en malas condiciones. Todo ello, hacía que la propuesta de Lustig fuera muy verosímil, y pensaron que, efectivamente, era una propuesta del gobierno, por lo que guardaron silencio.

Pidió que, al día siguiente, se presentaran las ofertas. Lustig se fijó en el entusiasmo de uno de ellos, André Poisson, el más inseguro y algo más alejado del núcleo empresarial parisino, lo que le haría escalar posición social. Pero su esposa sospechó, y, para contrarrestarlo, Lustig organizó otra reunión en la que “confesó” su situación: como ministro ganaba poco para mantener un buen nivel de vida y esta era una oportunidad de ganar dinero extra. Poisson entendió que éste era otro político corrupto que quería un soborno. Así Lustig, recibió dinero por “vender” la Torre Eiffel y por el presunto soborno; junto a su socio, el estafador Dan Collins, huyó a Viena (Austria) con el dinero.

Cuando Poisson llamó a los estamentos gubernamentales para recabar más información se dio cuenta de la estafa saldría a la luz, por lo que guardó silencio.

Un mes después, Lustig volvió a París y repitió esta misma operación; pero el posible licitador contactó con la policía antes de cerrar el trato. Lustig y Collins pudieron huir antes de ser arrestados.

1907: Lustig se mudó a EE.UU., haciéndose llamar Conde Victor Lustig. Conoció al gángster Al Capone, y le convenció para que invirtiera 50.000 dólares, que guardó en una caja de seguridad por 2 meses, tras los cuales le devolvió el dinero a Capone, bajo excusa de que el negocio había fracasado. Esta “integridad moral”, hizo que Capone le diera 5.000 dólares.

Victor Lustig (en el centro)

Preparó nuevas y diferentes estafas.

10-mayo-1935: Fue detenido por el FBI y el Servicio Secreto por falsificación. Un día antes del juicio se escapó, y volvió a ser capturado 27 días después: fue condenado a 20 años de prisión. Había puesto en circulación más de 2.000.000 de dólares falsos por todo EE.UU. Fue recluido en la prisión de Alcatraz con su nombre, Robert V. Miller.

En sus años en la cárcel dejó un código de conducta. Los 10 mandamientos del estafador:

  1. Sé un oyente paciente.
  2. Nunca te muestres aburrido.
  3. Espera a que la otra persona revele sus opiniones políticas y luego concuerda con ella.
  4. Deja que la otra persona revele sus puntos de vista religiosos y luego afirma tener los mismos.
  5. Insinúa una conversación de índole sexual; pero no sigas esa conversación a menos que la otra persona muestre mucho interés.
  6. Nunca hables de enfermedades, a menos de que te muestren una preocupación especial
  7. Nunca te inmiscuyas en las circunstancias personales de la otra persona (te revelará todo en su momento).
  8. Nunca alardees (deja que tu importancia sea discretamente obvia).
  9. Nunca vayas desaliñado.
  10. Nunca te emborraches.

Mientras estuvo recluido, se quejó sistemáticamente de su estado de salud. Para 1946 había tenido 1.192 citas médicas. Y aunque los informes médicos tampoco le dieron mucha importancia, finalmente, fue enviado a un centro médico para reclusos en Springfield (Missouri).

9-marzo-1947: Lustig contrajo neumonía.

11-marzo-1947: Lustig falleció, y en su certificado de defunción, en la casilla “Ocupación” aparecía: Aprendiz de vendedor”. Grandes impostores

                  Grandes impostores                                                                                  J.A.T.