Primera edición de la novela 'La guerra de los mundos' de H.G. Wells

Primera edición de la novela ‘La guerra de los mundos’ de H.G. Wells.

“La guerra de los mundos” es una novela de ciencia-ficción escrita por el historiador y escritor británico Herbert George Wells. Tanto él como Julio Verne son considerados los precursores de este género literario.

En ella se narra la invasión de la Tierra por parte de los marcianos. Los humanos, pese a todos sus intentos, no siguen repeler el ataque. Cuando todo parece perdido y la humanidad condenada, los marcianos empiezan a morir, y la salvación llega por los seres más insignificantes y humildes de la Tierra: las diminutas e invisibles bacterias. Según llegaron los invasores, al comer y al beber, les atacaron nuestros microscópicos aliados y, desde ese instante, estaban sentenciados.

Posiblemente, lo que hizo más famosa a esta novela fue la adaptación realizada por Orson Welles (que entonces tenía sólo 23 años) para un serial radiofónico que tuvo lugar a las 20:00 h. del 30 de octubre de 1938, en el Estudio de la CBS. 6 días antes de la emisión, Welles solicitó a su guionista, Howard Koch, que modificara algunos aspectos del argumento, entre ellos, el situar el primer aterrizaje marciano en Nueva Jersey, ya que pensó que a quién, en EE.UU., le importaría la invasión alienígena de Inglaterra.

Welles pensó que llegaría mejor a la audiencia si emitía la dramatización en formato de noticiario de carácter urgente. Si bien es cierto que la emisora había anunciado la adaptación de esta obra al inicio del programa, muchos radioyentes se incorporaron tarde a la emisión o bien no prestaron suficiente atención a la sencilla introducción, por lo que al escuchar la interpretación creyeron que era real.

Era víspera de Halloween y se inició la adaptación con el siguiente mensaje:

“Señoras y señores. Interrumpimos nuestro programa de baile para comunicarles una noticia de último hora procedente de la agencia Intercontinental Radio. El profesor Farrel del Observatorio de Mount Jennings de Chicago informa que se ha observado en el planeta Marte algunas explosiones que se dirigen a la Tierra con enorme rapidez… Continuaremos informando.”

Tras una primera pausa y para darle mayor veracidad todavía, Orson Welles seguía desarrollando la noticia:

“Damas y caballeros. Tengo que darle una grave noticia. Aunque parezca increíble, tanto las observaciones científicas como la más palpable realidad nos obligan a creer que unos extraños seres que han aterrizado esta noche en una zona rural de Jersey son la vanguardia de un ejército invasor que procede el planeta Marte.”

Se fueron sucediendo “noticias” sobre la “invasión”, creando una gran alarma social, un pánico colectivo al pensar los oyentes que los EE.UU. realmente estaban siendo atacados por los marcianos. Posiblemente fueron los 60 minutos más aterradores en la historia de la radio. Una audiencia de unos 12.000.000 de personas escucharon la emisión y miles de ellas, presas del pánico, huyeron de sus hogares, colapsando estaciones y carreteras, los servicios de emergencia y hasta comisarías de policía. Incluso hubo que registrar un número no determinado de suicidios.

Hemos de pensar que todavía no se conocía la televisión por lo que este hecho contribuyó definitivamente al éxito de la propuesta de Welles. Por otra parte, también es cierto que el impacto de la emisión se ha magnificado con el transcurso de los años, y muchas de las incontables llamadas tan solo preguntaban si aquello era real, sin que cayeran en la histeria. Esto demostró la capacidad de la radio para influir en la audiencia, en especial debido a que lo que se escucha y dramatiza deja mucho margen para la imaginación.

Tira cómicaAl día siguiente, Welles ofreció sus disculpas públicamente a los radioyentes. Lejos de ser un lastre para su futuro, esto le sirvió de trampolín que le lanzó a preparar su película más representativa, Ciudadano Kane, que algunos la consideran la mejor película de la historia. Para el propio guionista, Howard Koch, esta adaptación le sirvió de experiencia para su guión de Casablanca, otro de los grandes films.

A la derecha podemos ver una caricatura que muestra a los mismos americanos que se reían de la propaganda nazi como víctimas del engaño de Orson Welles.

J.A.T.