En la anterior entrada comentábamos que había una épica y famosa historia elevada a la categoría de leyenda nacional en Japón: la historia de los 47 rōnin. Este hecho histórico acontece entre los años 1701-1703. Este grupo de samuráis se convierten en rōnin cuando Asano Takumi No Kami Naganori, su señor feudal comete seppuku por agredir a Kira Kozukenosuke Yoshinaka, un alto funcionario del gobierno.

Asano Naganori

Asano Naganori

Asano -junto a Kamei– recibió el encargo del shōgun Tokugawa Tsunayoshi de recibir en la corte a los emisarios del Emperador. Lógicamente, debían aprender las normas y ceremonias características que esto requería y encargó esa instrucción a Kira. Aunque éste recibió algunos regalos de Asano y de Kamei, no estaba satisfecho, y los instruyó de forma equivocada para dejarlos en ridículo y los ofendió en numerosas ocasiones. Kamei se molestó por esto y decidió matar a Kira; pero uno de sus consejeros, consciente de lo que esto supondría, logró reunir dinero y lo presentó a Kira, como agradecimiento de Kamei por su instrucción, por lo que éste olvidó sus intenciones.

Pero como Asano no le ofreció más compensaciones, entendiendo que ese era el deber de Kira, fue ridiculizado constantemente, siendo objeto de humillaciones cada vez mayores. En una de esas humillaciones, Asano sacó su daga y le hirió ligeramente, siendo arrestado de inmediato, ya que la ley prohibía atacar a otro con furia, y prohibía desenvainar una arma en el palacio del shōgun bajo pena de muerte. Se le sentenció a muerte por seppuku. Su viuda se exilió al templo de Sengaku-ji, ya que su castillo y tierras fueron expropiados, lo que dejó a sus samuráis sin amo.

Los samuráis (ahora rōnin) de Asano (cuyas edades estaban entre los 16-77 años) se juramentaron en secreto para vengar la muerte de su amo, siendo conscientes de que serían castigados por ello. Estos idearon un plan para asesinar a Kira; pero este intuyó represalias e incrementó su guardia personal. Puso espías para vigilarlos y así estar al tanto de sus movimientos.

Ante esto, decidieron dilatar su acción hasta que Kira se confiara: esperaron casi 2 años. Mientras tanto, fueron escondiendo armas y armaduras por diversos lugares, fingiendo perder interés en la venganza. Se convirtieron en monjes, trabajadores, artesanos y comerciantes para reforzar su estrategia. Algunos de ellos se infiltraron en la casa de Kira para recabar toda la información posible. Otro de los rōnin se casó con la hija del constructor de la casa de Kira para conseguir los planos de la misma. Incluso el líder, Ōishi Kuranosuke, que había sido consejero principal del castillo de Ako, comenzó a frecuentar las tabernas, casas de juego y burdeles de la ciudad, se divorció de su esposa, mandándola –junto a sus dos hijos- de vuelta donde sus padres, y compró los servicios de una joven concubina. En cierta ocasión, se emborrachó, se cayó al suelo y se quedó dormido en la calle. Un samurái del feudo de Satsuma lo vio y se burló de él, le insultó y le dio una patada en la cara (era un gran insulto tocar la cara de un samurái), y le escupió por no haber vengado la muerte de su señor. Todo esto hizo que los espías notificaran a Kira que no había peligro por parte de estos rōnin, que no tenían valor para vengar a su señor, lo que provocó que se relajara.

Ataque rōnin a la mansión de Kira

Ataque rōnin a la mansión de Kira

El día señalado, el 14 de diciembre de 1702, en medio de una noche con una tormenta de nieve, acudieron 47 rōnin, asaltando la casa y capturando a Kira, a quien se le dio la oportunidad de morir con honor cometiendo seppuku. Al negarse, Ōishi lo decapitó con la misma espada con la que Asano cometió seppuku. Llevaron su cabeza al templo Sengaku-ji, donde estaba enterrado su señor, presentándola ante su tumba. Tras entregarse a las autoridades, el shōgun los trató con consideración, los alimentó y les proporcionó descanso hasta que se dictara sentencia, lo que ocurrió 57 días después, el 4 de febrero de 1703. Entendiendo que habían actuado por honor y no como criminales comunes, se les dio el gran honor de morir por seppuku, y se le perdonó la vida al más joven, Terasaka Kichiemon. Fueron enterrados en Sengaku-ji, junto a la tumba de su señor, en cuya entrada hay una estatua de Ōishi y las lápidas con los nombres de los 47 rōnin. El rōnin perdonado –murió con más de 80 años- también fue enterrado junto a sus compañeros. Se cuenta que el samurái que escupió y deshonró a Ōishi fue al templo y cometió seppuku para compensar su ofensa. Fue enterrado junto a los 47 rōnin.

Esta historia, conocida como “Incidente Genroku” o “Incidente de Ako” rápidamente se extendió por toda la nación, consiguiendo su admiración por la perseverancia, sacrificio y lealtad de estos hombres, convirtiéndose en leyenda. Esto se debió, principalmente, a que la clase samurái deseaba dar sentido a su vida en un momento en que no había batallas que pelear. Unas semanas después aparecerían obras teatrales que se inspiraban en aquellos hechos, alterando los nombres, fechas y detalles para evitar la “censura” del shōgun.

Esta historia llegó a ser conocida en el mundo occidental mediante la obra Tales of Old Japan (Historias del Japón antiguo), escrito en 1871 por el diplomático inglés Algernon Bertram Freeman Mitford, considerándose durante mucho tiempo como la máxima autoridad sobre este tema. A través del tiempo, más de 200 películas, obras de teatro, novelas o poemas se han editado en relación a esta historia, que se equipara a las aventuras de Robin Hood, el rey Arturo, El Cid y otras del mundo occidental. Especialmente, la novela 47 rōnin. La historia de los leales samuráis de Ako, publicada en 1880, dio popularidad a esta historia.

Ante todo y por encima de todo, están los principios GI (justicia) y CHU (lealtad), altamente valorados por los japoneses, miles de los cuales junto a extranjeros visitan asiduamente el templo, siguen venerando la memoria de estos 47 hombres, y celebran un festival en el aniversario de su muerte, considerándolos uno de los mejores ejemplos de lealtad samurái.

J.A.T.

Agradecimiento foto cabecera: Stéfan Le Dû – CC BY-SA 2.5