La Batalla de Waterloo fue un enfrentamiento armado entre el ejército francés de Napoleón Bonaparte y la Séptima Coalición, una coalición de tropas británicas, neerlandesas y alemanas.
Tuvo lugar el 18 de junio de 1815 en las proximidades de la localidad de Waterloo, Bélgica.
Aunque se le conoce como Batalla de Waterloo, realmente, no tuvo lugar en esta localización. Más bien fue a unos 20 kilómetros al sur, entre las aldeas de Plancenoit y Braine-l’Alleud, en la cresta del Mont St. Jean. Los franceses se refirieron a este hecho como la “Batalla del Mont Saint-Jean”. El mariscal prusiano, Blücher, quiso llamarla ‘Belle Alliance’ por la conquista del campamento de Napoleón, que llevaba ese nombre.

Duque de Wellington
Bernard Coppens, un historiador belga, expresó en The Wall Street Journal que era un hecho que Napoleón no puso un pie jamás en Waterloo. Añadió que la razón por la que se la conoce así esta batalla es porque Arthur Wellesley, Duque de Wellington, la bautizó así, dado que él siempre ponía a sus victorias el nombre del lugar en el que había dormido la víspera de la contienda.
En esta batalla se enfrentaron dos bandos:
- Imperio napoleónico: estaba formado por Francia, bajo el mando de Napoleón Bonaparte. Contaba con unos 80.000 hombres y 250 cañones.
- Séptima coalición: alianza conformada entre Gran Bretaña, Suecia, Holanda, Rusia y España, bajo el mando de Arthur Wellesley, Duque de Wellington. Se unió Prusia bajo Gebhard Leberecht von Blücher, de 72 años, que nunca temía estar en primera línea de la batalla a pesar de su edad. Herido por los franceses en Ligny, se recuperó a tiempo para ver como los soldados prusianos entraban en París tras la derrota de Napoleón en Waterloo. La coalición contaba con unos 125.000 soldados y unos 300 cañones.
El conflicto armado se produjo, por un lado, por el ansia expansionista de Napoleón de retomar el mando de Europa que había tenido, y por otro, el objeto del Reino Unido, Países Bajos y Prusia de acabar con Napoleón y su influencia, restaurando el orden que había en 1789.
Los historiadores indican que Napoleón y sus generales cometieron errores tácticos que motivaron su derrota. Napoleón desdeñó al Duque de Wellington y no se anticipó a los movimientos de las tropas, precipitando sus ataques que sí fueron aprovechados por Wellesley.
Curiosamente, hubo un militar español participó en esta batalla, el vitoriano Miguel de Álava. Realizó el papel de enlace entre el gobierno español y el ejército anglo-portugués, coordinando las operaciones de la coalición en la península ibérica. Según Manuel Moreno, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla, Wellington lo estimaba y apreciaba hasta el punto de alojarlo en su misma casa.
La Batalla de Waterloo tuvo dramáticas consecuencias…
- Tras la derrota del rey Louis XVIII frente a Napoléon I (20 de marzo de 1815) parecía imposible que se reimplantara la monarquía en Francia. Pero, Napoléon es derrotado en Waterloo. Las tropas aliadas entraron en Francia y el 8 de julio Louis XVIII recuperó el trono.
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Wellington en Waterloo
Napoléon se rindió 2 días después (10 de julio), y el 26 de julio se le exilió a la isla de Santa Elena, en el Atlántico. Allí moriría en 1820.
- Los territorios conquistados por Napoleón Bonaparte y arrebatados a diversos países de Europa se les devolvieron.
- El fin de las guerras napoleónicas trajo un período de paz a Europa.
Como colofón de este evento histórico hemos de decir que hubo un gran número de bajas (muertos y heridos) en ambos bandos (unas 38.700 bajas en el bando francés y unos 25.000 en el de la coalición). Esto hizo que, al final de la lucha y ver el campo de batalla plagado de cuerpos sin vida, Wellington expresara:
“Al margen de una batalla perdida, no hay nada más deprimente que una batalla ganada”
J.A.T.