PAUL GRÜNINGER

Fue jugador del SC Brühl, un equipo de fútbol de la primera división suiza, y responsable de la policía de fronteras suiza, Comandante de la Policía del Cantón de St. Gallen. Viendo la desesperación de los refugiados judíos que huían de la Austria ocupada, tomó la decisión de permitirles cruzar la frontera falsificando la fecha de entrada, y así las anotaciones indicarían que habían entrado en Suiza antes de requerirse el uso de visados. Unos 3.600 judíos se beneficiaron de su actuación.

Al ser descubierto por los nazis, fue despedido de la Policía y procesado por permitir la entrada ilegal de refugiados y de falsificación de documentos. Tras 2 años de juicio fue declarado culpable de incumplimiento del deber, mala conducta oficial y falsificación, despedido de la Policía con deshonor, perdiendo su jubilación y siendo multado con 300 francos suizos y obligado a pagar las costas del juicio. Aunque el tribunal reconoció que su motivación era altruista, determinó que como empleado del gobierno debía obedecer las normas.

Vivió el resto de su vida en el ostracismo, en condiciones difíciles hasta que falleció en 1972. Nunca se arrepintió de aquellas acciones, como lo explicó en 1954:

“Se trataba básicamente de salvar vidas humanas amenazadas de muerte. ¿Cómo podría entonces considerar seriamente los esquemas y cálculos burocráticos?”.

En 1970, por la presión de los medios de comunicación, el gobierno envió a Grüninger una carta de disculpa “light”, pero no reabrió el caso ni restableció su pensión.

En 1971, el Yad Vashem lo reconoció como “Justo entre las Naciones”. Incluso una calle en el asentamiento israelí de Pisgat Ze’ev, al este de Jerusalén, lleva su nombre.

En los años 1990, la prensa y la televisión forzaron al gobierno suizo a una póstuma rehabilitación, lo que ocurrió en 1995, 23 años después de su fallecimiento. Quedó absuelto de todos los cargos.

Hoy, el campo de fútbol del SC Brühl St. Gallen se llama Estadio Paul Grüninger.

J.A.T.