HISTORIA

La mayoría de los especialistas coincide en señalar al cirujano ortopédico austríaco, Adolf Lorenz (1854-1946), como el precursor de la cirugía sin sangre.

Siendo un cirujano joven durante la década de 1880, desarrolló una reacción cutánea alérgica grave al ácido carbólico, un compuesto que se utilizó ampliamente en los quirófanos. Aunque la condición le impidió realizar operaciones quirúrgicas tradicionales, continuó en la profesión médica como un “cirujano seco”, tratando pacientes sin cortar la piel o el tejido. Por ello, más tarde recibió el apodo de “El cirujano sin sangre de Viena”. Sus técnicas se conocieron como “cirugía sin sangre”, lo que refleja sus técnicas no invasivas.

En 1923, fue nominado para el Premio Nobel, aunque no lo consiguió por 1 solo voto, retirándose de la práctica activa en 1924. Fue clave en el desarrollo del Sanatorio Memorial Bautista de Texas, después conocido como Centro Médico de la Universidad de Baylor y el Sistema de Salud Baylor, cuyo Departamento de Ortopedia, actualmente, está reconocido como uno de los mejores centros ortopédicos de los EE.UU.

Otra persona a la que, en una diferente vertiente, se puede relacionar con el no uso de sangre fue el biólogo francés René Quinton (1866-1925). Sus estudios le llevaron a lo que fue su terapéutica básica: reconstituir la célula dañada utilizando el agua de los océanos, medio vital cuya mineralización sigue idéntica a la de nuestro organismo. En 1904, publicó su obra “L’Eadu de Mer, milieu organique” (El agua de mar, medio orgánico), en la que descubre las propiedades terapéuticas del agua marina. A través de sus estudios descubrió que el agua de mar contiene todos los elementos que tiene nuestro cuerpo y en la misma proporción.

Uno de sus experimentos más famosos fue el de desangrar perros. Durante 8 horas inyectó 10,4 litros de agua de mar a un perro de 10 kg. La eliminación renal fue perfecta. Un perro fue desangrado totalmente por la arteria femoral, quedando casi al borde de la muerte, y se le inyectó agua de mar durante 11 minutos. Poco a poco el perro volvió en sí y al día siguiente -unas 21 horas después- estaba caminando por el laboratorio. Una semana después seguía muy activo, más que antes de la sangría. El perro murió 5 años después porque lo atropelló un tranvía.

El uso de agua de mar está muy extendido en Francia, incluso en los hospitales militares, desde hace décadas, siendo conocido como el “Plasma de Quinton”.

Así, hasta los médicos actuales indican que la composición de la sangre es asombrosamente similar a la del agua de mar. El Dr. José Miguel Sempere, Profesor del Departamento de Biotecnología de la Universidad de Alacant (España), expresó su convencimiento de que los glóbulos blancos se mantienen en el “Plasma de Quinton” más tiempo de las 96 horas que se han contabilizado hasta ahora.

Su herederos directos (Laboratorios Quinton) tienen, desde 1966, su sede central en la provincia de Alacant (España) donde siguen estudiando la nutrición celular y elaborado el producto Quinton Isotonic, que tan buenos resultados sigue dando.

Pero lo que ha dado un impulso sin precedentes a esta técnica médica, especialmente en los EE.UU. desde 2007, ha sido el rechazo sistemático a las transfusiones de sangre por parte del colectivo religioso de los Testigos de Jehová, por lo que, generalmente, se relaciona el rechazo a las transfusiones de sangre con los Testigos de Jehová. Pero, curiosamente, según publicó EL CONFIDENCIAL, el rechazo a las transfusiones de sangre va más allá de una cuestión de creencias puesto que una de las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es minimizar el uso de la sangre. Las razones esgrimidas para esta nueva técnica, básicamente, son 3:

Evitar los riesgos médicos adversos inherentes a la transfusión.

Ahorrar sangre por ser un bien muy escaso, raro y caro.

Satisfacer la demanda creciente de esta técnica, bien por razones religiosas, médicas o personales.

Esta técnica es válida antes, durante y después de la intervención quirúrgica.

En próximas entradas conoceremos otros aspectos de este apasionante tema, expuestos por sus propios protagonistas, como:

  • Procedimiento de la cirugía sin transfusión de sangre alogénica
  • Estadísticas (índice de mortalidad con/sin transfusión, mayor o menor costo, si es válido para niños…)
EL OBSERVADOR
Agradecimiento: Fundación Quinton

La próxima semana abordaremos el tema: “Cirugía sin transfusión de sangre (II): El futuro en el presente”