Anécdotas musicales

El célebre pianista Vladimir de Pachman era muy meticuloso y siempre tenía problemas con la banqueta del piano a la hora de tocar. A veces estaba muy alta, y otras veces muy baja.

En cierta ocasión, para colocar la banqueta a la altura apropiada colocaron un libro grueso debajo de ella. Cuando Vladimir se sentó, movió la cabeza en señal de desaprobación.

Así que, se levantó, arrancó una hoja del libro, probó de nuevo la banqueta y se puso a tocar con una sonrisa de satisfacción en su rostro.


En el año 1963, la familia Real Británica asistió a un concierto benéfico del grupo musical The Beatles. En un momento de su intervención, John Lennon pidió al público congregado que los acompañaran, espetando:

“Para el siguiente número necesito la ayuda de ustedes. La gente en el gallinero puede dar palmas. El resto pueden hacer sonar sus joyas.


Durante los primeros ensayos de su obra “Parsifal”, en Bayreuth, Richard Wagner no estaba satisfecho con una escena del 2º acto. Una y otra vez mandaba parar a la orquesta con golpes de batuta. Tras perder la paciencia, gritó: “¡Yo no lo escribí así! ¡Suena horrible!”

Listz, que se encontraba por casualidad en el ensayo, le mostró la partitura a Wagner, quien recobró su buen humor y expresó a la orquesta: “Hijos míos, lo siento. Efectivamente la escribí así; pero sigo pensando que suena horrible.”


El compositor alemán Johannes Brahms se vio obligado a recibir la visita de una cantante que quería que el músico le permitiera incluir alguna de sus piezas en su repertorio. El problema era que él la consideraba mediocre, por lo que le dijo:

“Es que ahora no tengo ninguna composición idónea para usted. Tendrá que esperar a más adelante.

Como la joven insistía mucho en saber cuándo le daría la pieza, le respondió:

“No quería decírselo; pero las únicas composiciones que le prestaría son mis obras póstumas, porque así estaría seguro de no oírselas cantar.”


Christoph Willibald Ritter von Gluck fue un compositor alemán de origen germano-bohemio. Mantuvo una rivalidad con el compositor italiano Niccolò Piccinni. Fue autor de muchas obras como el ballet Don Juan (1761), y las óperas Orfeo y Eurídice (1762) o Alceste (1767).

En una ocasión alguien le preguntó qué era lo que más prefería en la vida, a lo que respondió:

  • Quiero tres cosas: dinero, vino y gloria.
  • ¿Cómo es posible que para vos, un músico, considere que la gloria va detrás del dinero y del vino? -le replicó.
  • Pues es bien fácil: con el dinero compro vino, el vino despierta mi genio, y éste me trae la gloria.

       Anécdotas musicales                                                                 J.A.T.